A Occidente ,nosotros, se nos debería caer la cara de vergüenza. Importantes empresas, directivos respetados y queridos por nuestros medios de comunicación, banqueros, políticos de toda tendencia, ferias internacionales, Campeonatos mundiales de fórmula uno ninguno ha dudado en hacer negocio con ellos.
Han sido regímenes tolerados y permitidos por los salvapatrias de las democracias occidentales si eso beneficiaba a sus intereses puntuales, con que derecho pretende alzarse ahora como la perfecta guía de las transiciones políticas en esos países. Con que derecho pretende hablar de Democracia y lucha por los derechos humanos cuando ha permitido todo esto durante décadas.
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