A pesar de que las grandes protestas del 20 de febrero y el20 de marzo en las que miles de personas se alinearon con las reclamas por la democracia- fueron toleradas en la mayoría de ciudades, muchas de las raquíticas manifestaciones que brotan sin cesar por el país, han sido dispersadas a la fuerza.
Al Abied, de 42 años y residente en la población de Salé (a pocos kilómetros de Rabat), forma parte del Movimiento del 20 de Febrero. El sábado pasado quiso solidarizarse con los colectivos de abogados y profesores marroquíes que se manifiestan desde hace días para pedir una mejora de sus condiciones laborales en Rabat. A Al Abied le dieron por muerto ese día. "Más de una decena de policías y agentes de las fuerzas auxiliares le dieron una brutal paliza", cuenta Salma Maarouf, también del 20 de Febrero.
Un vídeo colgado en Youtube da fe del baile de porras y botas que terminó derribándole y dejándole inconsciente. Las heridas y moratones que presenta su torso no dejan lugar a dudas. Al Abied nos muestra las huellas que ha dejado en su cuerpo la agresiónen el segundo piso de un café de Salé. Todavía tiene un pequeño vendaje en la cabeza, donde recibió los primeros golpes. Sus riñones tampoco salieron bien parados del encontronazo, en el que también perdió su documentación.
Nos encontramos con él en el local donde poco antes se había reunido con Ossama El Khilfi, uno de los líderes del 20 de Febrero- porque quiere salvaguardar la intimidad del hogar que comparte con su tía, quien teme verse implicada en problemas por el activismo de su sobrino. "Hace tres meses que vivo con ella porque no tengo trabajo, ni casa; vivimos los dos con los 1.800 dirhams (unos 160 euros) que ella aporta de su empleo".
Un deseo: Democracia
Al Abied desea vivir en un país que se rija por la democracia, donde la sociedad sea libre. Y se muestra crítico con el discurso del 9 de marzo pronunciado por el monarca Mohamed VI, en el que se comprometió a reformar la Carta Magna para dotar de más poderes al primer ministro nombrado hasta ahora por el Rey- y al Parlamento; y para edificar una justicia independiente. Un discurso que llegaba 17 días después de la gran manifestación del 20 de Febrero, que reunió a decenas de miles de personas en las calles de todo el país exigiendo un cambio de rumbo.
Las palabras del Rey han sido recibidas por el Movimiento del 20 de Febrero con cierto optimismo, pero también con cautela. Recuerdan que el artículo 19 que define al monarca como guía espiritual de su pueblo y le dota de todas las prerrogativas- no estuvo invitado al discurso real, y que sigue siendo intocable. Sin su modificación, creen que es imposible una verdadera democracia.
Estos mismos argumentos son los que expuso, uno a uno, Al Abied el 20 de marzo segunda gran manifestación organizada por el Movimiento- ante los micrófonos y las cámaras de diversos medios de comunicación árabes. "Creo que algunos de ellos eran policías disfrazados de periodistas para la ocasión".
Desde entonces, se lamenta, ha recibido llamadas con número oculto en las que voces desconocidas le insultan, le acosan y le amenazan al tiempo que le conminan a alejarse de las protestas.
Los insultos se convirtieron en golpes el sábado, relata. "No había hecho nada más que apoyar a los profesores y los abogados, cuando empecé a escuchar a los policías hablar de mí y acusarme de haber hecho declaraciones para los medios de comunicación".
Entonces, cuenta, se dirigieron hacia él y empezaron a lloverle los golpes. Fue trasladado en ambulancia a un centro de salud, donde sólo curaron sus heridas en la cabeza y le despidieron con un simple parte médico donde se lee que "soy un huelguista". A pesar de los ruegos, no hubo certificado médico de por medio "para evitar que pueda presentarlo como prueba de la agresión ante un juzgado".
Este lunes tuvo que regresar al hospital por los fuertes dolores que le persiguen desde entonces. "Comprobaron que no tengo ningún hueso roto, pero el problema son mis riñones; me duelen mucho, pero por falta de dinero no podré hacerme ninguna prueba hasta dentro de unos dos o tres meses".
Al Abied no lo duda un instante. "Pueden agredirme las veces que quieran, yo no voy a dejar de manifestarme por mis derechosy los de mis hermanos; no tengo miedo y no abandonaré la batalla por la democracia".
Las días que quedan al Marruecos represivo son menos de 20, ya ha comenzado la cuenta atrás. Se han habilitado varios espacios blindados en Internet para alojar los foros de la disidencia. El movimiento 20 de Febrero ya se ha integrado a la red Anonymous y al partido internacionalista en la red.
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