Se acercan las fiestas de nuevo y los sacrificados padres se encuentran, con mayor o menor temor, ante el desafió anual de satisfacer las ilusiones de sus retoños. En la tierna infancia las conexiones neuronales trabajan a pleno rendimiento y en constante ebullición. Y son capaces de asimilar, procesar y absorver grandes cantidades de información por minuto. Si estás navidades el crio te pide una guitarra, no pongas cara de poker y aventuraté a comprársela, seguro que te lo agradecerá enternamente y los vecinos también. Siempre es mucho peor la batería.
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1 comentario:
Que monstruo de niño, joer eso pasa por mineralizarlo y supervitaminizarlo desde pequeño jajaja.
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