Ha pasado ya bastante tiempo desde que volví de Burkina tenía entonces 27 años, me queda la satisfación del éxito en el proyecto de cooperación con la creación de una cooperativa estable y eficiente de productores. El Jefe emprendedor era un poco como yo, tenía talante Prusiano, y nos entendimos bien desde el principio. A priori era un proyecto arriesgado no teníamos ningún apoyo de ningun organismo no gubernamental (ONG), no nos conocían, no nos gustaba su forma de trabajar. Surgió de la iniciativa individual de unos cuantos locos. Pero rodeado de Locos siempre he cocido las mejores cosas en mi vida, así que no me faltó tiempo para dar un paso al frente. A día de hoy se esta generando una pequeña acumulación primitiva de capital que va transformando progresivamente la capacidad adquisitiva de toda la comunidad. El dispensario ha sido uno de los grandes logros, esta vez presentamos el proyecto a Manos Unidas, y recibimos apoyo técnico y logístico en el proceso de construcción, ayudó el disponer de una acumulación previa de recursos para cubrir el costo de los materiales. Comen tres veces al día, y son dueños del destino de su pequeña comunidad, si algo han recuperado ha sido la ilusión y la esperanza. Y para nosotros cuadrilla de locos fue siempre un placer estar a las órdenes de tan trabajador patriarca. Descubrí en Burkina a muchos músicos, encontré muchas raices y vínculos con los sonidos, usos, y maneras del viejo Mississipi. La música popular, como el Homo-Sapiens, debe mucho a África. Es la matríz y el encuentro con su madre patria.
Dejé unas fotos hace años por aquí..
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