EL TELESCOPIO PLANCK PUEDE HABER OBTENIDO PRUEBAS DE LA EXISTENCIA DE UNIVERSOS PARALELOS
Fuentes Octavo Pasajero.
El telescopio Planck puede haber obtenido pruebas de la existencia de universos paralelos.
El telescopio Planck puede haber obtenido pruebas de la existencia de universos paralelos.
¿Es nuestro universo simplemente uno entre millones? La primera prueba de que existe un número indeterminado de “multiversos”acaba de ser anunciada gracias a un mapa cósmico que recoge los datos de la radiación de fondo conseguidos por el telescopio Planck. Se trata de la primera evidencia contundente de la existencia de otros universos, y ha sido proclamada por un equipo de cosmólogos que estudiaban los datos conseguidos por el Planck el pasado mes de junio. La conclusión más sorprendente del estudio es que algunas de las anomalías detectadas sólo podían estar ocasionadas por la fuerza gravitacional de otros universos.
“Este tipo de ideas pueden sonar algo absurdas en este instante, justamente como sucedió con la teoría del Big Bang hace tres generaciones –explica George Efstathiou, profesor de Astrofísica en la Universidad de Cambridge-. Pero ahora tenemos una serie de evidencias que han cambiado el modo en que teorizamos sobre el universo”.
Los científicos habían predicho que los datos conseguidos podían ser un fiel reflejo de la distribución de la radiación, pero el mapa muestra una fuerte concentración en la mitad sur del cielo y un ‘punto frío' (‘cold spot’) que no puede ser explicado con las leyes actuales de la física. Los científicos Laura Mersini-Houghton, física teórica en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, y Richard Holman, profesor en la Carnegie Mellon University, predijeron la existencia de esas anomalías en la radiación en el año 2005 y las achacaron al “tirón” gravitatorio de otros universos.
La Doctora Mersini-Houghton considera que su hipótesis ha sido probada por los datos del Planck, que a su vez han sido utilizados para crear un mapa de la luz del universo desde hace 380.000 años. “Estas anomalías fueron causadas por la fuerza de otros universos y se crearon durante el Big Bang –explica-. Se trata de las primeras evidencias contundentes de la existencia de otros universos que hemos podido ver”.
Como matiza en su blog 'Not Even Wrong' el matemático de la Universidad de Columbia Peter Woit, durante años se había especulado con la posibilidad de que existieran “multiversos”., “pero todos esperábamos que los datos del Planck despejaran cualquier duda al respecto. Pero cuando se dieron a conocer los datos –continúa- sólo un artículo en New Scientist se preguntaba sobre el flujo oscuro (dark flow)y afirmaba que si no existía este flujo, no era preciso buscar explicaciones más exóticas, tales como la existencia de más universos”.
El Flujo Oscuro
El ‘flujo oscuro’ es un elemento de controversia científica porque la distribución de la materia en el universo observado no lo incluye. Su existencia sugiere que hay alguna estructura más allá del universo visible, o lejos de nuestro horizonte, que está tirando de la materia de nuestro vecindario. Así, los científicos están encontrandomovimientos muy extraños en los límites del universo conocido, con una amplia franja de agrupaciones galácticas que parecen ir rumbo a un ‘punto caliente’ cósmico, aunque nadie sabe la razón por la que esto está sucediendo así.
Los cosmólogos miran a las microondas de fondo –el primer flash de luz emitido por el universo, 380.000 años después de su formación - como el último punto de referencia cósmico, la frontera más allá de la cual no podemos ver nada más. Pero en esas microondas primordiales no debería de existir una dirección de preferencia. A pesar de esta “imposibilidad” teórica, un estudio de 2010 logró rastrear el misterioso ‘flujo oscuro’ cósmico, y lo situó en el doble de la distancia que originalmente se había previsto. “No es algo que esperáramos encontrar a corto plazo, pero tampoco podíamos olvidarnos de ello -confirma el científico de la NASA Alexander Kashlinsky, que estuvo al cargo de esta investigación-. Y comprobamos que persiste en distancia mucho mayores, tanto como 2.500 millones de años luz más lejos”.
El ‘flujo oscuro’ describe un posible componente no aleatorio de la peculiar velocidad de las agrupaciones de galaxias. La velocidad medida actualmente es la suma de la velocidad predicha por la Ley de Hubble más un pequeño e inexplicable (u oscuro) flujo de velocidad en una dirección común. De acuerdo con los modelos cosmológicos estandarizados, el movimiento de las agrupaciones de galaxias con respecto a las microondas cósmicas de fondo debería de estar aleatoriamente distribuido en todas las direcciones. Pero no es así.
Un movimiento coherente y extraño
Analizando los datos de tres años de mediciones, los autores del estudio encontraron evidencias de un movimiento “sorprendentemente coherente” de entre 600 y 1.000 kilómetros por segundo de un flujo de agrupaciones a lo largo de una franja de 20 grados del cielo hacia las constelaciones de Centaurus y Vela. Las agrupaciones parecían estarse moviendo a lo largo de una línea que se extendía desde nuestro sistema solar hacia Centaururs/Hydra, pero la dirección de este movimiento es menos cierta. La evidencia indica que las agrupaciones se dirigían más bien hacia el exterior a lo largo de esta franja, alejándose de la Tierra, aunque el equipo no pudo descartar el flujo opuesto.
“Detectamos el movimiento a lo largo de ese eje, pero ahora nuestros datos no pueden afirmar con tanta contundencia como nos gustaría si las agrupaciones iban o venían”, explica Kashlinsky. El movimiento sin explicación afecta a cientos de millones de estrellas desplazándose en dirección a una cierta región del cielo y a una velocidad superior a los ochocientos kilómetros por segundo. No es una velocidad alta en términos cósmicos, pero la existencia de una dirección de preferencia si pone algo en evidencia: la mayoría de los modelos cosmológicos cuentan con objetos moviéndose en todas las direcciones posibles en los límites más extremos del universo. Sin embargo, que exista algo capaz de hacer que los objetos apunten hacia un mismo punto de forma tan masiva era una posibilidad que nunca antes se había imaginado. Siguiendo la estrategia de los astrofísicos, los científicos se están manteniendo en la posición de llamar a cualquier cosa que no entienden “oscuro”, de ahí el raro nombre de ‘flujo oscuro’.
Un agujero negro no puede explicar este movimiento, porque los objetos se aceleran dentro de él, pero los científicos de la NASA han detectado este movimiento constante a lo largo de una vasta extensión de miles de millones de años luz.
Los datos obtenidos abren un amplio abanico de posibilidades científicas. Lo más probable es que nuestro universo experimentara una fase de hiperinflacción en su momento más temprano y que lo que siempre hemos considerado que era el universo infinito, apenas sea una pequeña porción de él.
ANÁLISIS DE PALOSANTO DE ENRIQUE BUNBURY
De Juan Puchades en Efem
“Palosanto’ en realidad son dos discos, o dos conceptos diferentes de disco: en la secuencia en vinilo, con la división por caras, es donde mejor se apreciará”
Aunque “Palosanto” no se pondrá a la venta hasta el 29 de octubre, Juan Puchades nos explica qué vamos a encontrarnos en él, ofreciendo las claves esenciales para comprender el sentido de un álbum que no por casualidad se divide en dos partes.
Texto: JUAN PUCHADES.
Foto: JOSEGIRL.
Antes de escuchar el disco, Enrique Bunbury me advierte por mail de que es conveniente respetar las dos partes que lo integran, que haga una parada entre ellas. Pienso que exagera y no le hago caso: lo escucho de tirón, y comprendo su argumentación. Las siguientes escuchas, a lo largo de una decena de días, siempre incluyen la correspondiente parada. Y es que “Palosanto” en realidad son dos discos, o dos conceptos diferentes de disco: en la secuencia en vinilo, con la división por caras, es donde mejor se apreciará. De hecho, me cuenta Enrique que trabajó con veinte temas y que dudó en sacar dos discos, o un doble. Al final, se decantó por quince temas y decidió apostar por esta idea de las dos partes. Más acorde con los tiempos de escasez, imagino. Esos tiempos retratados en, precisamente, la primera parte de su disco…
Comienza Palosanto con ‘Despierta’, el tema que se ha difundido en vídeo y que por momentos recuerda la sonoridad de “Flamingos”, pues conecta con su rock vaporoso y espacial, con el de ‘Lady Blue’, pero aquí, si nos fijamos, además de unas guitarras eléctricas que parecen mirar hacia el norte de África, los arreglos están muy definidos por los sintetizadores, que son uno de los motores principales de “Palosanto”, junto con los arreglos de cuerda (interpretados por la Budapest Art Orchestra y grabados en Hungría), que se dejan ver en la recta final y que definirán en gran medida la estética de toda la obra. En esta canción densa, Bunbury clama porque despertemos de una vez, que despertemos ante la calamidad: “Despierta, / todo ha cambiado, / nada es como / habíamos imaginado”. Y ante la indecencia de los recortes que padecemos, canta: “Respira / y bébete el aire, / ya no hay nadie / que te lo pueda quitar”, pues el aire, sí, es de lo poco que nos queda.
Más liviana se presenta ‘Más alto que nosotros solo el cielo’, donde Bunbury comienza cantando con su voz más de crooner pop y remitiendo musicalmente de nuevo a “Flamingos”, aquí para decir que nadie está por encima de nosotros, solo el cielo, y que quienes se creen superiores “No han visto nada todavía aún, / lo mejor espera / a la vuelta de la esquina. / Y hay muchas cosas / que preferirían no saber / de ti y de mí, de ti y de mí y de ti.” Un tema precioso en su compleja sencillez, arreglado con primor, y de los más optimistas de la primera parte de “Palosanto”.
Con ‘Salvavidas’ nos adentramos en el tramo más denso de esta primera parte, en la que vienen tres temas seguidos que se tornan algo oscuros y que requieren de toda la atención del oyente. El primero se mueve en una clima casi opresivo, con el que, en el estribillo, se incide en la idea del corte anterior: “Todo lo que / necesito hoy, / quítamelo”. El arranque no deja lugar a dudas sobre las intenciones: “Al frente un precipicio / y los lobos a la espalda, / en realidad, nunca me perdí, / siempre seguí el camino correcto”. Aquí se descubren unos coros gospel (grabados por The Gospel Trio), que poco a poco van a ir filtrándose por el disco, sumándose a las texturas de las guitarras, los teclados y las cuerdas, tejiendo una maraña de capas que estructuran la mayoría de las canciones.
La continuación es ‘Los inmortales’, de nuevo otro tema oscuro, aquí con guitarras fuertes cual taladro, rockeras, y los coros gospel apoyando desde atrás a la voz principal. La letra es de las más crípticas de esta primera parte, a lo que contribuye el ambiente tenso que teje la música. Con ‘Prisioneros’, finaliza la parte más árida de “Palosanto”, en esta ocasión es un tema calmo, con suaves ecos de jazz en algunos momentos y ciertos ecos beatlelescos. La intensidad sube en el bello estribillo, subrayado por las cuerdas: “Cuanto más participamos, / más nos precipitamos”. Hermoso y emocionante es el momento en el que Bunbury ataca los versos que dicen “Las grandes canciones / son las que necesitamos, / al ritmo sincopado / de las suelas de tus zapatos”, un instante de esos de grandeza musical que te congratulan con la canción como género artístico.
Encarando la recta final de la primera parte, llega la contundente ‘Habrá una guerra en las calles’, de título bien explícito y con los versos más rotundos de todo el disco: “Habrá una guerra en las calles, / y la sangre llegará al río. / Desde hoy estás despedido / y los de atrás pasan delante [...] Dijiste que hagamos / un pequeño sacrificio / y por el bien de todos / te sacrificaremos a ti. / Habrá una guerra en las calles / ya lo advertimos. / Ahora está en peligro / tu seguridad, / no te pongas a tiro / te cruces por mi camino, / o vuelvas por aquí”. No hay más que explicar, ¿no? En España tenemos claro a qué y a quiénes se refiere. Bunbury, dado lo diáfano del mensaje, ha optado por musicar este tema con sencillez y claridad: esto es rock, sin más, solo los arreglos electrónicos del fondo juegan sin cesar pero sin interferir la arenga, pues de eso se trata, de una arenga.
El rock potente pero melódico e infeccioso llega con ‘Destrucción masiva’, con un texto ambiguo en el que podemos entender que Bunbury se pone en el papel de los hijos de la gran puta que rigen nuestros destinos y que quieren acabar con nosotros o, por el contrario, somos nosotros los que podemos acabar con ellos… ¡A gusto del oyente! Desde luego, voto por la segunda lectura.
Tras el ruido, llega la calma, con ‘El cambio y la celebración’, el final de la primera cara, o la primera parte, una bella balada a lo Bunbury, una invitación a reinventarnos, a salir más fuertes del horror: “Muere un poco, / para nacer mejor / de un parto doloroso. / Es el cambio y la celebración, / te guía la Luna, / y te alimentas del sol”.
Esto es lo que ha dado de sí el disco conceptual (¿se sigue usando este término, o quedó en desuso?) de Bunbury, su trabajo más social y ambicioso hasta la fecha. Ocho temas que unidos podrían conformar un único disco de más de media hora. Y sí, hay que entenderlo como un álbum aislado, como un “concepto”.
Fin de la primera parte.
Llega el momento de ir a prepararse un café, estirar la espalda, consultar el correo o los titulares de los periódicos… y regresar a “Palosanto” en un ratito…
“Aquí las intenciones son otras, Bunbury ha recogido parte de esas canciones escritas en los últimos tiempos y que se alejaban de lo social, del relato del caos, la mentira, la estafa y el miedo que ha guiado los temas anteriores”
Segunda parte del álbum, o cara B, o segundo disco… lo que cada cual prefiera. Aquí las intenciones son otras, Bunbury ha recogido parte de esas canciones escritas en los últimos tiempos y que se alejaban de lo social, del relato del caos, la mentira, la estafa y el miedo que ha guiado los temas anteriores. Pese a ello, no ha tratado de que hubiera una ruptura sonora y en estos siete temas (y otra media hora de duración) se siguen patrones sonoros similares: profusión de sintetizadores, arreglos de cuerda y coros gospel. En todo caso, algunas de estas letras continúan fijando el momento, con más sutileza, pero arañando la mugre de la superficie de las cosas.
‘Hijo de Cortés’ es un rock típico de Bunbury, de esos bastardos que le gusta escribir, aquí con algunos momentos que conectan con el jazz, y con el que clama que no somos consecuencia de la hijaputez ajena e histórica: “No me digas hijo de Cortés, / ni confundas pueblo y soberano, / igual que un chileno o un peruano / no tiene porqué ser hermano / de Fujimori o Pinochet”. Interesante el puente con el órgano.
Al final, Enrique se marca un scat a lo Louis Armstrong.
Como un bolero tropical arranca la cadenciosa ‘Mar de dudas’, canción sentimental con algunos de los versos más sentidos del disco, con los que Bunbury deja ver cómo ha aprendido las lecciones del Gran Cancionero Latino: “Anhelamos la libertad / pero estamos atrapados / sin el arte de amar / y remar a la vez. [...] Mar de dudas / y aguas profundas. / Mar de dudas, / no cambies nunca jamás / y que el resto del mundo / sea el que cambie a tu alrededor. / Y permite que forme parte de tu tripulación”. Un tema de los que entran a la primera. Y aunque no sé bien qué piensa el público más rockero de estas incursiones latinas de Bunbury, sirven para afianzar un cancionero propio y valioso, paralelo al llamado a ser coreado en los directos, con el que deja escapar algunas de sus pasiones musicales más primarias.
Más profunda se presenta ‘Miento cuando digo que lo siento’, un corte intenso y climático, de tempestad contenida, cuya letra invita a la doble interpretación. El sonido de la guitarra remite al rock fronterizo estadounidense. Las cuerdas adquieren un papel principal. “Otra vez será, / no volverá a pasar, / no debí consentirlo. / Un poco de control racional / de los sentimientos no vendría mal. / Orden de alejamiento judicial / y no volver a vernos… / jamás”.
‘Nostalgias imperiales’, con percusión machacona y de nuevo guitarra omnipresente, es un tema complejo y místico, con, otra vez, una ambientación opresiva que parece que vaya a descargar y no termina nunca de hacerlo. “El campo es santo, / la ciudad no tanto. / Obsequia su vino / en silencio, / quimera de luna / en oro mayor”.
‘Plano secuencia’ es tal vez la gran canción de “Palosanto”, preñada de nostalgia latinoamericana, de aroma de tango triste; aunque no es un tango, no hay que confundirse, es una balada con el sello del Bunbury más sobrio, inspirado y sentimental (con ecos latinos, pero también franceses en la recta final). De una belleza radiante pero capturada en blanco y negro, como congelada en un fotograma hecho canción. “Cada esquina / nos devuelve nuestra historia, / la avenida y el bulevar / filmados en plano secuencia, / la gloria hasta el amanecer, / con cuidado, no se fuera a romper.” Musicalmente es una filigrana que engarza varias pequeñas piezas, y Bunbury se entrega en la interpretación vocal, manejando con la acostumbrada soltura diferentes registros.
‘Causalidades’ es una invitación a desconfiar… ¿de profetas y gurús? Muy probablemente. “¿Está escrito, o no, el destino? / Mantén los ojos abiertos, / interpreta los signos correctos, / desconfía de falsos maestros, / solo tú puedes saberlo, / nadie más puede saberlo”. En lo musical es un corte de pop tranquilo, muy Beatle.
El cierre del álbum llega con otra de esas canciones que enamoran desde la primera vez que la oyes: ‘Todo’, casi con aire de valsecito, aparentemente arreglada con lo mínimo, pero que amaga un trabajo perfecto, para aparentar completa sencillez. Escuchándolo es como que quedas atrapado en un carrusel. Un final sublime.
¿Conclusión? “Palosanto” es un disco esencialmente valiente, que nos devuelve al Bunbury compositor –ese que se había tomado unas vacaciones–, y al investigador de sonidos (pero sin pasarse, que nadie se asuste), al que no le gusta permanecer demasiado tiempo en el mismo lugar musical. A la vez nos presenta al Bunbury comprometido con su tiempo y sus semejantes (siempre presente en su cancionero, aunque hasta ahora de manera más sutil). Y cómo no, con el oficio de escribir canciones. No es un disco alegre: deja en el oyente una cierta sensación de tristeza; de mala leche en la primera parte, de cierta nostalgia en la segunda… Pero así es 2013. Así es nuestro tiempo.
LOS BROKERS QUIEREN INFLAR LAS COTIZACIONES ESPAÑOLAS A BASE DE ELOGIOS DESMEDIDOS DESPUÉS DE HUNDIRLAS HACE POCOS MESES
Llevamos meses avisando desde este blog de como operan los mercados, en este fenomenal artículo de Manuel Torrens os lo deja bien clarito. Ni España estaba tan mal ni el mundo Anglosajón tan bien de hecho Estados Unidos y de rebote Gran Bretaña no es que estén en una posición mucho mejor.
Los brokers quieren inflar las cotizaciones españolas a base de elogios desmedidos después de hundirlas hace pocos meses
La cuestión es ganar un 300% ya sea subiendo o bajando. Hace apenas un año anunciaban el apocalipsis en España, llenos de posiciones cortas. Ahora, gritan "Viva España" o "llega la nueva Alemania", después de haber cargado sus carteras de activos domésticos.
sobre el autor
Manuel L. Torrents
Hace un año y medio, arreciaban los informes apocalípticos sobre España por parte de las gestoras de fondos, bancos de inversión y gurús variados. Hoy, la cosa es radicalmente al revés: parece haber rivalidad entre los brokers por comprobar quién proclama el titular elogioso más encendido sobre nuestro país. El discurso ha cambiado radicalmente, aunque el objetivo es el mismo: obtener rentabilidades de vértigo y si es por la vía rápida, mejor. ¿Están calentando las cotizaciones, por tanto, para soltar un repentino alud de ventas cuando convenga a los autores de estos documentos?
Corrían los primeros meses de 2012 y los nombres de Bill Gross (Pimco), John Mauldin, Paul Krugman, Nouriel Roubini, Joseph Stiglitz… eran célebres por sus ataques a España y sus anuncios de rescate, quita de deuda, corralito, salida del euro, quiebras bancarias...
Los medios anglosajones tampoco se quedaban atrás y no cesaron su fuego a discreción contra todo lo ibérico hasta finales del pasado año. La cantinela “The pain in Spain” era casi una sección fija en el Financial Times o The Wall Street Journal.
"Si quiebra, nos forramos"
Entre los agoreros más notorios, cómo no hablar del hedge fund Carmel, que emitió un informe absolutamente devastador sobre el país, con datos que no eran falsos, pero suponían una perfecta recopilación de todo lo malo, sin el menor atisbo para la esperanza. El cataclismo estaba cantado. Sólo había un pequeño matiz en ese trabajo: reconocía estar arriba de cds sobre España. Si lograba la quiebra del país, obtendría una rentabilidad del 300%.
Es decir, la idea de inversión que vendía a sus potenciales clientes era la quiebra de España. A eso jugaron los bancos de inversión, hedge funds, especuladores... Esos que Zapatero intentó localizar empleando al CNI.
El pasado año y parte de este, nuestra economía ha sufrido lo indecible, víctima de inversores bajistas que la emprendieron con todo activo español, ya fuera deuda, acciones o híbridos.
Todo ello forzó una intervención masiva de los bancos centrales para frenar una operativa que se llevaba por delante a los países e incluso al euro. El culmen fueron las famosas (y algo chulescas) palabras de Draghi: “haré lo que sea para defender la unidad del euro y créanme, será suficiente”.
Meses después, con los mercados apaciguados a base de heroína de banco central, comenzaron a aparecer informes favorables sobre España. De repente, se dio la vuelta a la tortilla y el que no tomara posiciones en el mercado doméstico se iba a perder algo casi tan bueno como el Euromillones.
Arcano, el primero
Tal vez, el primer disparo lo dio Arcano, con un sorprendente y estimulante documento, que exhortaba a entrar ya mismo en España. Desde luego, el que le hiciera caso, estaría ganando más de un 10% en el Ibex. Por su lado, la prima de riesgo está en mínimos anuales.
Así, se ha ido sucediendo una lluvia de opiniones favorables a España y lo que parecía increíble, sus bancos, tanto desde firmas domésticas (Santander, BBVA, ATL Capital, Arcano, Bestinver, Gesconsult…) como internacionales, con mención especial para Morgan Stanley.
Viva Morgan
Esta entidad lleva meses deshaciéndose en elogios sobre la economía doméstica, pero lo de este mes ha sido para nota: The new Spain, decía el pasado día 9, hablando de economía y banca; “Viva España” anteayer mismo, refiriéndose a la renta fija. Antes, había dicho que éramos mejores que Francia y que íbamos a ser “la nueva Alemania” europea.
HSBC, Credit Suisse, JP Morgan, UBS… son algunas de las firmas que han ido mejorando su opinión sobre España, con mención especial para su visión sobre los bancos. ¿Se trata de valoraciones totalmente sinceras, emitidas sin más, que reflejan una imagen fiel del país o esconden intereses ocultos?
Cargados de España
Lo que sin duda hay detrás es que los más favorables son los que tienen sus carteras más ‘cargadas’ de activos españoles. De la misma manera que a Carmel le interesaba hundir los activos domésticos porque estaba corto, los grandes brokers están largos y les interesa subirlos.
No es nada nuevo. A finales de agosto, la publicación americana ZeroHedge revelaba que mientras Goldman Sachs emitía fuertes recomendaciones de venta sobre el oro, debido a su elevado precio, ellos compraban a todo correr a precios más bajos: “mientras le decían a los clientes vende, vende, vende, ellos compraban, compraban, compraban…”.
El resultado fue una caída de la cotización del metal precioso y una fuerte entrada de Goldman a precios bajos.
La causa de la crisis sigue viva
Esto es una consecuencia más de la mezcla insana de banca comercial y de negocios, permitida e impulsada tras la derogación de la Ley Glass-Steagal en EE UU. Así, los bancos pueden tomar posiciones propias, emitir informes favorables a las mismas y hacer que ‘otros’ compren lo que ellos quieren vender, o vendan lo que ellos quieren comprar. La gran causa de la crisis sigue abierta.
¿Oleada de ventas?
No es descartable que en un momento dado llegue una oleada masiva de ventas, por ejemplo, cuando la prima de riesgo baje claramente de los 200 puntos básicos. De hecho, algo parecido le está ocurriendo a Alemania, que se ha beneficiado de ser un activo refugio en esos momentos en los que se pregonaba la ruptura del euro y ahora están saliendo del bund todos los que compraron en el pasado. El martes, su bono a 10 años cerró por encima del 2%, cuando llegó a estar recientemente por debajo del 1,2%.
“Nos han estado visitando de Morgan y nos dejan ver un panorama que llevaría al Ibex a 20.000 puntos”, decían en un banco privado español esta semana. Puede ser que los bancos de negocio estén calentando las cotizaciones para vender ellos cómodamente, dejando ‘entrampado’ al último que llegue, aunque también hay apuntes para la esperanza, como son la entrada de inversores estables en los últimos tiempos: el fondo Apollo ha comprado EVO Banco, Banesco se ha hecho con la red de fuera de Galicia de NVGB, inversores chinos han entrado en NH… Y hay mucho interés por los activos inmobiliarios.
Siempre a bajo precio, porque nadie invierte por caridad, pero hace apenas 12 meses se rechazaba por completo cualquier idea de inversión sobre España. Sin embargo, la euforia escrita de los bancos de negocio parece, cuanto menos, ligeramente exagerada, ya que muchos graves problemas estructurales siguen ahí. Pero, seguramente, no es descabellado decir que cuando aparece un informe bursátil muy definido en un sentido o en otro, la matriz de la casa del documento ha tomado posiciones previamente, en función de sus intereses.
Corrían los primeros meses de 2012 y los nombres de Bill Gross (Pimco), John Mauldin, Paul Krugman, Nouriel Roubini, Joseph Stiglitz… eran célebres por sus ataques a España y sus anuncios de rescate, quita de deuda, corralito, salida del euro, quiebras bancarias...
Los medios anglosajones tampoco se quedaban atrás y no cesaron su fuego a discreción contra todo lo ibérico hasta finales del pasado año. La cantinela “The pain in Spain” era casi una sección fija en el Financial Times o The Wall Street Journal.
"Si quiebra, nos forramos"
Entre los agoreros más notorios, cómo no hablar del hedge fund Carmel, que emitió un informe absolutamente devastador sobre el país, con datos que no eran falsos, pero suponían una perfecta recopilación de todo lo malo, sin el menor atisbo para la esperanza. El cataclismo estaba cantado. Sólo había un pequeño matiz en ese trabajo: reconocía estar arriba de cds sobre España. Si lograba la quiebra del país, obtendría una rentabilidad del 300%.
Es decir, la idea de inversión que vendía a sus potenciales clientes era la quiebra de España. A eso jugaron los bancos de inversión, hedge funds, especuladores... Esos que Zapatero intentó localizar empleando al CNI.
El pasado año y parte de este, nuestra economía ha sufrido lo indecible, víctima de inversores bajistas que la emprendieron con todo activo español, ya fuera deuda, acciones o híbridos.
Todo ello forzó una intervención masiva de los bancos centrales para frenar una operativa que se llevaba por delante a los países e incluso al euro. El culmen fueron las famosas (y algo chulescas) palabras de Draghi: “haré lo que sea para defender la unidad del euro y créanme, será suficiente”.
Meses después, con los mercados apaciguados a base de heroína de banco central, comenzaron a aparecer informes favorables sobre España. De repente, se dio la vuelta a la tortilla y el que no tomara posiciones en el mercado doméstico se iba a perder algo casi tan bueno como el Euromillones.
Arcano, el primero
Tal vez, el primer disparo lo dio Arcano, con un sorprendente y estimulante documento, que exhortaba a entrar ya mismo en España. Desde luego, el que le hiciera caso, estaría ganando más de un 10% en el Ibex. Por su lado, la prima de riesgo está en mínimos anuales.
Así, se ha ido sucediendo una lluvia de opiniones favorables a España y lo que parecía increíble, sus bancos, tanto desde firmas domésticas (Santander, BBVA, ATL Capital, Arcano, Bestinver, Gesconsult…) como internacionales, con mención especial para Morgan Stanley.
Viva Morgan
Esta entidad lleva meses deshaciéndose en elogios sobre la economía doméstica, pero lo de este mes ha sido para nota: The new Spain, decía el pasado día 9, hablando de economía y banca; “Viva España” anteayer mismo, refiriéndose a la renta fija. Antes, había dicho que éramos mejores que Francia y que íbamos a ser “la nueva Alemania” europea.
HSBC, Credit Suisse, JP Morgan, UBS… son algunas de las firmas que han ido mejorando su opinión sobre España, con mención especial para su visión sobre los bancos. ¿Se trata de valoraciones totalmente sinceras, emitidas sin más, que reflejan una imagen fiel del país o esconden intereses ocultos?
Cargados de España
Lo que sin duda hay detrás es que los más favorables son los que tienen sus carteras más ‘cargadas’ de activos españoles. De la misma manera que a Carmel le interesaba hundir los activos domésticos porque estaba corto, los grandes brokers están largos y les interesa subirlos.
No es nada nuevo. A finales de agosto, la publicación americana ZeroHedge revelaba que mientras Goldman Sachs emitía fuertes recomendaciones de venta sobre el oro, debido a su elevado precio, ellos compraban a todo correr a precios más bajos: “mientras le decían a los clientes vende, vende, vende, ellos compraban, compraban, compraban…”.
El resultado fue una caída de la cotización del metal precioso y una fuerte entrada de Goldman a precios bajos.
La causa de la crisis sigue viva
Esto es una consecuencia más de la mezcla insana de banca comercial y de negocios, permitida e impulsada tras la derogación de la Ley Glass-Steagal en EE UU. Así, los bancos pueden tomar posiciones propias, emitir informes favorables a las mismas y hacer que ‘otros’ compren lo que ellos quieren vender, o vendan lo que ellos quieren comprar. La gran causa de la crisis sigue abierta.
¿Oleada de ventas?
No es descartable que en un momento dado llegue una oleada masiva de ventas, por ejemplo, cuando la prima de riesgo baje claramente de los 200 puntos básicos. De hecho, algo parecido le está ocurriendo a Alemania, que se ha beneficiado de ser un activo refugio en esos momentos en los que se pregonaba la ruptura del euro y ahora están saliendo del bund todos los que compraron en el pasado. El martes, su bono a 10 años cerró por encima del 2%, cuando llegó a estar recientemente por debajo del 1,2%.
“Nos han estado visitando de Morgan y nos dejan ver un panorama que llevaría al Ibex a 20.000 puntos”, decían en un banco privado español esta semana. Puede ser que los bancos de negocio estén calentando las cotizaciones para vender ellos cómodamente, dejando ‘entrampado’ al último que llegue, aunque también hay apuntes para la esperanza, como son la entrada de inversores estables en los últimos tiempos: el fondo Apollo ha comprado EVO Banco, Banesco se ha hecho con la red de fuera de Galicia de NVGB, inversores chinos han entrado en NH… Y hay mucho interés por los activos inmobiliarios.
Siempre a bajo precio, porque nadie invierte por caridad, pero hace apenas 12 meses se rechazaba por completo cualquier idea de inversión sobre España. Sin embargo, la euforia escrita de los bancos de negocio parece, cuanto menos, ligeramente exagerada, ya que muchos graves problemas estructurales siguen ahí. Pero, seguramente, no es descabellado decir que cuando aparece un informe bursátil muy definido en un sentido o en otro, la matriz de la casa del documento ha tomado posiciones previamente, en función de sus intereses.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)