ESADE Y IESE FORMA A SUS PROFESIONALES PARA ELUDIR IMPUESTOS

Tienen la sinvergoncería de salir por la televisión hablando de sacrificios al resto de la población, cuando en su día defendían en programas televisivos que no había porque alarmarse por la burbuja inmobiliaria que se desinflaría poco a poco. Tildando de alarmistas a economistas como Miren Echezarreta de la Universidad Autónoma de Barcelona. Entre los diversos Másters que se realizan en materia tributaria llama poderosamente la atención el peso que tienen los precios de transferencia. Técnicamente los precios de transferencia son el precio que pactan dos empresas que pertenecen a un mismo grupo empresarial o a una misma persona. Mediante este precio se distribuyen utilidades entre ambas empresas. Una le puede vender más caro o más barato, a diferencia del precio de mercado. Por lo tanto, el precio de transferencia no siempre sigue las reglas de una economía de mercado es decir no siempre se regula mediante la oferta y la demanda.

El sistema trasladado a nivel fiscal implica lo siguiente En la administración tributaria, los Precios de Transferencia son usados para determinar las utilidades gravables de grupos empresariales que, por su carácter internacional (transnacional, importador, exportador) tienen divisiones en otros países, puesto que, si todos los gastos del grupo se producen en un país que cobra impuestos y la venta se produce en otro que no los cobra o que tiene menor tasa impositiva, la mayor parte de la ganancia no estará pagando impuestos o pagará una menor cantidad. En otras palabras, una corporación puede aprovechar el control que tiene sobre sus vinculados en el exterior, para transferir tributación de un país con un mayor nivel de impuestos a uno con menor nivel. Por ello, la legislación de precios de transferencia centra su atención en forma especial sobre las operaciones realizadas entre vinculados económicos o partes relacionadas, cuando uno de las partes tiene domicilio fiscal en uno de los territorios conocidos como "paraísos fiscales"

El egoismo y la falta de escrúpulos de estas escuelas de negocios crean monstruos y gente predispuesta a actuar de una manera psicópata eludiendo el conocimiento sobre el sufrimiento humano que provocan a escala global. La mayoría de ellos llegan a puestos directivos en grandes multinacionales, que eluden el pago de impuestos hacia paraísos fiscales. Se aprovechan de los países y no contribuyen a su desarrollo. Estas escuelas de negocio tienen la indecencia de autoproclamarse como agentes del cambio y del bienestar para las sociedades donde se implantan. Cuando en realidad son terroristas financieros o mejor dicho escuelas formadoras de terroristas. La gente debería saberlo y actuar contra los insolidarios como se hace en las comunidades de vecinos. Retirarles la palabra por no pagar sus contribuciones, dejar de hacer negocios con ellos porque no siguen las reglas, y señalarlos como personas indeseables en la sociedad.

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