JERRY LEE LEWIS EN ESPAÑA









Desde finales de este mes de Julio The Killer, ya sin teñirse el pelo, ha vuelto a recalar en nuestra piel de toro, Madrid, Málaga y Barakaldo. Con la misma energía de sus ojos de loco, ha continuado aporreando su piano con bastante buen hacer y temple. Sin dejar de flirtear y vacilar a chavalas, algunas 45años mas jóvenes que él.

Os dejo crónica, de los conciertos de la Villa de Madrid.

A pesar del cansancio y la necesidad de un descanso necesario, la cita de ayer con el maestro Jerry Lee Lewis en los Veranos de la Villa volvía a ser de esas indispensables en cualquier agenda melómana, anteponiéndose al propio estado físico. Si el de Louisiana cuenta a sus espaldas con nada menos que 73 años y está hecho un chaval, no había excusas para no ir.

El concierto del pianista apodado hace décadas como The Killer, uno de los apodos más justificados de la historia de la música, junto a la larga lista de James Brown, traía consigo un repertorio clásico, el mejor rock and roll que en la actualidad se puede encontrar en manos de una vieja gloria, sin necesidad de revivals insulsos y con grandes campañas de marketing detrás.

Lo de Jerry Lee Lewis es el auténtico sonido que revolucionó la música en la década de los 50s, cuando aún el rock era llamado rock ‘n’ roll, como bien distingue Charlie Guillett en su libro Historia del Rock. El Sonido de la Ciudad (2003), y posteriormente, en 1958, cuando desaparece paulatinamente este sonido para dejar paso al rock and roll, y su consiguiente éxito entre el público generalista.

El estado del músico estadounidense es envidiable. A su edad sigue cerrando giras por todo el mundo, con muchas fechas en lo que va de año, sobre todo por su país, aunque a Europa la trata muy bien. Tras su concierto en Madrid estará en Málaga (el 18), en Barakaldo (el 21), y después viajará por Austria y Brasil. Sorprendente.

Sus directos comienzan sin él en escena, con su largo piano de cola vacío y dejando todo el peso del repertorio inicial sobre su banda de Tenesse, de clásica formación rock ‘n’ roll e intercambiándose las labores vocales en cada tema, pasando por su batería (Robert Hall) hasta sus guitarras, las cuales no tienen fijo un papel de guitarra rítmica y otra líder, sino que también se mezclan, apoyadas por el bajo (B.B. Cunnigham).

Tras los ocho primeros temas del cuarteto apareció Jerry Lee Lewis, de rojo y negro, con pasos lentos hasta llegar a su piano y una vez allí empezó otro concierto, empezó el show de The Killer.

‘Down The Line’ fue el primer tema elegido y el músico que en su época tocaba de pie (guiño que hizo en un momento del show), se encontraba sentado sobre su banqueta, entrelazando temas que han supuesto una momento único para la música.

Los lentos tuvieron su momento, baladas como ‘Georgia On My Mind’, ‘Money (that’s what I want)’, desprovista de los coros originales, y la versión de ‘Johnny B. Goode’ de Chuck Berry.

Aunque el primer tema movido que hizo a más de uno levantarse de su asiento fue ‘Sweet Little Sixteen’, línea por la que siguieron las excitantes ‘Drikin’ Wine Spo-Dee-O-Dee’ y ya al final el cierre frenético de ‘Great Balls Of Fire’, sin duda una de las más esperadas por todos, porque en cuanto sonó el primer riff de piano el público enloqueció, sentimiento que siguió con el cierre por todo lo alto con ‘Whole Lotta Shakin’ Goin’ On’.

Tras estas canciones, el maestro se levantó de su banqueta, era hora de retirarse, y de la misma manera que había entrado a escena, caminando lentamente, se fue, no sin antes marcarse algunos pasos de baile y algunas reverencias hacia el público que estaba por completo de pie aplaudiendo a The Killer. Un concierto para el recuerdo.





2 comentarios:

sr m dijo...

joder...hablan tan mal de él, que da un concierto bueno y 30 malos que echa para atras tener la intencion de ir a verlo.
de todas maneras buena cronica.
algo refrescante entre tanto calor..
m

JOHNNYBGOOD dijo...

Bueno al igual que Chuck Berry con esas edades es una lotería. Puede tener el día bueno, si tienes la ocasión hay que jugársela un poco. Dentro de 30 años te acordarás de ese concierto.

Un saludo.